El virus que ataca al Callao

El Callao tiene un virus. No es el coronavirus. No es la gripe. Es algo mucho peor, que es completamente mortal y sumamente contagioso. Ese virus es la delincuencia.

Cómo todo virus, la delincuencia necesita de una vacuna. Una vacuna que detenga el contagio y ayude a sanar a los infectados. Esa vacuna se llama mano dura. Mano dura con el robo. Con el narcotráfico. Con una delincuencia común que a ratos parece terrorismo.

Esta es la vacuna más fuerte que existe, porque no sólo salva a una persona, sino a toda su familia. Le da paz a nuestras mujeres, sabiendo que con ella sus esposos e hijos no se perderán por el virus.

Pero la vacuna no sirve embotellada. Alguien tiene que ponerla en una jeringa e inyectarla. Y ese alguien, deberían ser nuestros políticos. Cómo los médicos y los enfermeros, los políticos son quienes tienen la responsabilidad de extirpar el virus de nuestro querido Callao. Tienen el respaldo. Tienen la urgencia ciudadana. ¿Por qué no lo hacen? Porque ellos mismos se han parte, por acción u omisión, del virus. Porque ni siquiera quieren ver lo que ocurre en las calles de nuestra ciudad.

Por esa razón, los grandes responsables de que el virus de la delincuencia se haya expandido, son la política y los políticos.

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