«No quiero perder a mi hijo»

Es común ver a vecinos capturados por la policía. La delincuencia se traspasa de generación en generación. En el año se han desarticulado más de 40 bandas delictuales, pero la sensación de inseguridad sigue al alza. Los jóvenes siguen transformándose en los nuevos delincuentes. Si cae uno, es otro miembro de la familia el que sigue con el “negocio”. Esa es la gran preocupación de las madres del Callao, problemas invisibles para un Gobierno que no actúa.

Una madre, identificada como D. P., conversó con el Chupacabras y dio su testimonio:

  • ¿Cómo ve el actuar de las madres chalacas? ¿Inculcan valores en sus hijos?

“Estamos perdiendo a nuestros hombres, nuestros hijos, nuestros esposos. Los valores están absolutamente trastocados. A los jóvenes les gusta ostentar de sus pertenencias en redes sociales, les gustan las armas, los teléfonos caros, los autos. No conocen el trabajo y sus familias los protegen, a pesar de que saben en qué se meten. La situación es preocupante. Las familias saben en qué están sus hijos, pero no les hablan, no los orientan”.

  • ¿Tienen algún tipo de protección? 

“A nosotros, que hemos sido la histórica clase media, nos ha abandonado completamente el Estado. Nos hemos visto relegados a callejones o a enrejar nuestras ventanas. No hay respeto por nadie y no tenemos ayuda. Estamos a merced de la delincuencia. No quiero ese futuro para mis hijos”.

  • ¿Cómo ve el futuro del Callao?

“Es cada vez más preocupante. No quiero perder a mi hijo. No quiero que mi hijo sea delincuente, pero se ha criado viendo solo barbaridades. Necesitamos apoyo. A pesar de que uno intenta mantenerlo alejado de este ambiente, es cada vez más masivo. A veces el entorno puede más que nuestro propio esfuerzo. Me preocupa el Callao y su futuro, que son los jóvenes. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde”.

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