Todos los dÃas vemos a alguien capturado por la policÃa. La delincuencia se ha disparado, asà como la drogadicción. Muchas veces ambas van de la mano. Los valores de la familia se han perdido y la tragedia de un hijo delincuente es cada vez más común.
La sensación de inseguridad continúa al aumento y la delincuencia también, no importa a cuántos atrapen, siempre hay uno nuevo o los mismos de siempre vuelven a la calle porque el sistema judicial no es capaz de dejarlos presos.
Los delincuentes más viejos ya son conocidos y son capaces de pagar para salir. De cada diez atrapados, solo uno queda en la cárcel y solo algunas semanas. Quizás algunos meses. El poder judicial está totalmente corrompido.
Para qué hablar de la polÃtica, si todos han hecho ofertones, pero ninguno cumple con darnos confianza y seguridad, combatiendo a la delincuencia y el narcotráfico realmente. En octubre tenemos nuevamente elecciones y está en nuestras manos dar un giro para combatir a la delincuencia. Podemos sacar a los polÃticos que son parte de la corrupción y la delincuencia, los verdaderos mafiosos.
¿Un Bukele peruano? ¿Por qué no? Un lÃder fuerte, joven, que verdaderamente meta a los delincuentes y narcotraficantes presos y los chalacos que trabajamos dÃa a dÃa podamos estar en la calle tranquilos. Son los delincuentes los que tienen que estar tras las rejas, no nosotros, los ciudadanos honestos. De nosotros depende también alejar a nuestros hijos de la droga. Debemos cambiar la polÃtica y el sistema judicial. Podemos salvar al Callao eligiendo bien.