Nos sobra la plata

Todos en el Perú queremos cambios, lo tenemos claro. Entendemos que nuestra casa hay que repararla. ¿Pero echarla abajo? La verdad es que a todos nos gustaría tener una casa nueva, pero la realidad es que los políticos nos quieren demoler la nuestra para construir una a la medida de ellos. Entonces, ¿por qué si tengo que reparar el piso o cambiar unas puertas, voy a dejar que alguien en el que no confío venga a ofrecerme la demolición?

En primer lugar, por qué si estamos aburridos de los políticos, traeríamos más. Convocar a una Asamblea Constituyente es llamar al maestro que te destruyó una habitación para repararla a la pinta de él. Obviamente tú le pagas los materiales: Tendrá prensa, entrevistas, salidas en diarios y televisión contando de cómo te reparará la habitación. Por supuesto que nunca dirá que el mismo la rompió.

Ya tenemos de ejemplo a Chile, Bolivia y Ecuador. Por supuesto que nuestro maestro es un experto en hablarle a la televisión, pero nunca nos dijo que no sabía pintar o martillar: Tiene que traer amigos, asesores que le hagan el trabajo. Hay que pagarles el viático y los costos operacionales. Todo a costa del bolsillo de los peruanos, que solo querían reparar la casa.

Vamos a terminar regalando la plata, que por supuesto, nos sobra.

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