Ya es conocido que El Salvador está llevando adelante una guerra contra el crimen organizado. Por medio de excepciones constitucionales, el Presidente de aquel país, Nayib Bukele, está acabando con las pandillas y los asesinatos en todo el país. El estado de Excepción se mantiene desde marzo, luego de que hubiera más de 80 asesinatos en un fin de semana.
Hoy, están cerca de completar la misión de atrapar a 76 mil pandilleros y las excepciones constitucionales son apoyadas por el 75.9% de la población salvadoreña, aunque no han estado exentas de polémicas. Algunos consideran que son muy duras, o que pasan por encima de algunos derechos fundamentales, pero el Presidente Bukele ya afirmó que “no me importa lo que digan los organismos internacionales”, porque estos han manifestado preocupación por el trato que han recibido los pandilleros y no por el luto del pueblo salvadoreño.
En primer lugar, para acabar con la cultura de pandillas, robos, extorsiones, sicariatos y asesinatos (¿nos suena conocido?), se requiere voluntad política y aquí la han demostrado. Los medios son sancionados si producen o transmiten mensajes originados por pandillas, así como también están prohibidos los grafitis donde se transmitan mensajes explícitos que hagan alusión a las pandillas.
Otra de las medidas adoptadas por el Gobierno es la utilización de los bienes incautados para el combate de pandillas. Todo el dinero y armas incautadas, serán utilizadas contra ellos mismos. “Con el mismo dinero que causaron luto a la población, con ese mismo dinero van a tener que responder ante la justicia”, dijo una diputada salvadoreña. Las cifras ascienden a 10 millones de dólares en 2020.
Por último, el Gobierno está llevando a cabo una reforma penal, que contempla penas de cárcel incluso para los jóvenes: Hasta 10 años de cárcel para jóvenes entre 12 y 15 años y desde los 16, pueden enfrentarse hasta 20 años de cárcel. Una forma de enfrentar el crimen juvenil, fenómeno que también nos afecta gravemente
Hoy el Gobierno está construyendo una cárcel gigantesca, donde puedan mantener a cerca de 40 mil presos. “Seguimos hasta limpiar por completo nuestro país y erradicar cualquier estructura criminal que atente en contra de la seguridad de los salvadoreños de bien”, señaló Nayib Bukele, dando ejemplo de cómo se enfrenta realmente a la delincuencia. El Presidente tiene sobre el 86% de aprobación.
El candidato aún no existe, pero en el Perú somos millones de Bukeles que queremos terminar con la delincuencia y la corrupción. Tenemos el poder de hacerlo.
No escuchemos más a los populistas, comunistas, políticos de siempre.