Todos los peruanos nos sentimos en manos de la delincuencia.
Los buenos peruanos, nos tenemos que encerrar por miedo, las madres no saben si volverán a ver a sus hijos cuando salen a estudiar, a una fiesta o a comprar el pan.
Pertenecer a pandillas, bandas criminales, al narcotráfico, o ser un simple delincuente en nuestro paÃs es fácil, razón por la cual, el Perú es una especie de paraÃso, para que lleguen delincuentes extranjeros.
Saben que podrán ser detenidos, pero también saben que serán liberados en muy poco tiempo ya que sólo le tendrán que pagar a un fiscal o a un juez, para seguir aterrorizando a la ciudadanÃa.
Muchos hablan de nuevas elecciones o de una nueva constitución, pero la verdad es otra. Necesitamos volver a ser un paÃs justo y para que eso suceda, necesitamos un nuevo poder judicial, sin corruptos, sin jueces y fiscales politizados, que defiendan los derechos humanos de los buenos y no de los malos.