Llegaron para quedarse

En una escalada perturbadora de violencia, el sicariato ha llegado para instalarse en el Callao, dejando como víctimas a los más vulnerables de la sociedad, incluyendo a niños. El reciente asesinato de una niña de tan solo 7 años ha conmocionado a la ciudad.

Las autoridades locales expresan su profunda preocupación ante el aumento de estos actos violentos y reconocen que el sicariato ha tomado raíces en la comunidad del Callao, sin embargo, no son capaces de hacer absolutamente nada: Una foto para la TV y que siga el choreo y la muerte. A las autoridades nunca les toca como le toca a aquellos invisibles para el Estado peruano.

El sicariato está mostrando ahora una cara más siniestra, de la mano con la inmigración ilegal, y se dirige incluso contra los más jóvenes e inocentes de la sociedad. Los chalacos enfrentamos un desafío gigantesco para erradicar esta amenaza y así devolver la tranquilidad a nuestras calles.

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