Los hospitales caen a pedazos, faltan equipos médicos y medicinas, y como si todo eso no fuese poco, ahora tenemos un cementerio de ambulancias.
SÃ, pese al precario sistema de salud con el que lidiamos, hoy los chalacos tenemos un recurso vital para salvar vidas en total abandono.
Decenas de estos vehÃculos de emergencia lucen sin llantas y cubiertos de polvo en la cochera de la Dirección Regional de Salud.
Estas unidades, anunciadas en el pasado con bombos y platillos por el gobernador Ciro Castillo, ahora forman parte de un cementerio de promesas rotas.
Otra cosa que nos indigna a los chalacos es que las pocas ambulancias que aún funcionan se usan para temas personales. Un reportaje de Panorama mostró cómo un conductor dejó el vehÃculo frente a su casa, simulando una averÃa.
¿Asà nos cuidan la salud a los chalacos? Frustra cómo se malgastan recursos públicos importantes, mientras la atención médica sigue colapsada.
Las ambulancias no cumplen su misión de responder ante emergencias, sino que son tratadas como si fueran propiedad privada de malos funcionarios.
No se puede disfrazar el abandono ni la corrupción como descuido. Es urgente una intervención de las autoridades correspondientes, como la ContralorÃa y el Ministerio de Salud, para que se investigue y sancione a los responsables.
En el Callao merecemos un sistema de salud básico digno.