Cruzar un puente, una avenida o simplemente caminar por el barrio se han vuelto situaciones de riesgo.
Ya no solo hay que cuidarnos de que nos puedan arrancar el celular o nos alcance una bala perdida, los chalacos enfrentamos serias amenazas por el abandono de la infraestructura pública.
Vía redes sociales se ha alertado del grave deterioro del puente peatonal ubicado entre las avenidas Faucett y Quilca, cuya estructura metálica está muy oxidada y hay daños excesivamente visibles.
A esta situación se suma un enorme forado en la avenida Tomás Valle, una de las principales vías del primer puerto. Un hueco, originado por una tubería rota y agravado por la acumulación de agua, ha quedado expuesto y la falta de señalización ha generado que varios vehículos queden atrapados, incluyendo una camioneta de Serenazgo.
Los vecinos de ambas zonas, notablemente preocupados, expresan su molestia por el estado tanto del puente como de la avenida, pues representa un alto riesgo para todos los que transitan por esos lugares.
Y como ya es usual en nuestras autoridades, están a la espera de consecuencias fatales para reaccionar.
No es posible que los gobernantes regionales y alcaldes que han pasado en los últimos 25 años no se hayan preocupado por darle mantenimiento a estas infraestructuras que representan un gran problema para los chalacos.
Necesitamos autoridades nuevas que dejen atrás esa vieja forma de hacer política en la que nos hemos vuelto invisibles, necesitamos un cambio de ciclo.