EL DUEÑO DEL PAYASO

Mientras el candidato Carlos Álvarez sonríe en los mítines, Vladimir Meza, el verdadero dueño del proyecto político, carga un expediente penal.

En el Perú nos acostumbramos a los malos políticos, pero Meza rompe la categoría. Él no es un político tradicional, sino que un delincuente que consiguió fundar un partido y ponerle de fachada a un comediante famoso. La fórmula perfecta del engaño.

Vladimir Meza Villarreal, exalcalde de Huaraz, tiene un historial que no deja dudas, un juicio oral por colusión agravada en la obra de agua potable del “Consorcio Huaraz”, donde la Fiscalía pide 10 años de cárcel. Once (sí, once) investigaciones por corrupción y lavado de activos. Y una sentencia firme por violencia familiar. Además, fue excluido del proceso electoral del 2022 por mentir en su declaración jurada.

Ese es el hombre que dirige el partido País Para Todos, y eligió como payaso a Carlos Álvarez para que sea su candidato.

Meza compra lealtades, promete el cielo a los ingenuos y busca poder. En ese esquema, entra como bufón Carlos Álvarez, el humorista que hoy es la fachada del corrupto más audaz de Huaraz. Un titiritero y su marioneta. Nada más.

A Carlos Álvarez, su ambición política lo volvió ciego. Se volvió socio y hoy es la coartada perfecta de un corrupto profesional.

El Perú no necesita más payasos en política, ni delincuentes dueños de partidos políticos. Vladimir Meza no cambió, solo encontró una manera más elegante de regresar. Y ahora quiere convertir al Perú en su laboratorio de impunidad.

País Para Todos no es una propuesta política, es una fachada de supervivencia criminal que pone a Carlos para sonreír adelante, mientras Meza negocia atrás. Porque cuando el dueño del partido es un hombre con tachas, juicios, sentencias y pedidos de cárcel,  el problema no es quién será el candidato, sino quién será el jefe.

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