Esperamos dormir tranquilos, poder llegar a la casa o sentarnos a conversar en una plaza. No queremos vivir nosotros enrejados, son los delincuentes los que tienen que estar tras las rejas.
Queremos caminar por un parque, disfrutar la noche chalaca, mirar las estrellas o simplemente volver a la casa tranquilos. Pero no podemos. ¿Sabes por qué?
Nuevamente los sicarios suman vÃctimas inocentes. Esta vez fueron tres personas. Pronto nos bautizarán como el Puerto del Sicariato.
Los jóvenes estaban sentados en una banca del parque, conversando, cuando de pronto aparecieron dos sicarios a bordo de un automóvil negro. Los atacantes abordaron a los jóvenes, sacaron sus armas y, sin mediar palabra, dispararon a sangre frÃa, tras lo cual huyeron con rumbo desconocido.
Mientras una mujer murió en el acto, los otros dos atacados fueron trasladados de emergencia al Hospital de Ventanilla, donde lamentablemente fallecieron.
Esa es la realidad del Callao, que a este ritmo pronto cambiará de nombre. Los que pagamos somos los invisibles. Los que somos vÃctimas de la delincuencia y los asesinatos. Somos vÃctimas de las malas polÃticas públicas que no nos permiten vivir en paz. Somos vÃctimas de polÃticos indolentes. Somos los que no tenemos nombre ni apellido, pero sufrimos todos los dÃas. Es momento de decir basta.