Nadie vive en paz

Las autoridades policiales del Callao sospechan que el violento ataque perpetrado en plena avenida Contralmirante Mora se debe a un intento de venganza, ya que la víctima, Marco Antonio Campos Peña, un trabajador de la Empresa de Servicio de Limpieza Pública, tenía dos denuncias por intento de homicidio en curso.

Según los primeros reportes, un sicario identificado como Jordi Roldán, alias «Pucca», bajó de una mototaxi y disparó múltiples veces contra Campos Peña, impactándolo en la cabeza y el tórax.

Por su parte, el coronel Juan Jiménez Garcés, jefe de orden público y seguridad del Callao, afirmó que ya tienen identificado al presunto sicario y a su cómplice, un mototaxista venezolano de 20 años llamado Gilson Mendoza, quien supuestamente transportó a los criminales hasta el lugar del ataque.

El Callao sufre con la delincuencia y con la inmigración descontrolada. Para acabar con este problema, es necesario tener voluntad política para acabar con el problema principal que es la inseguridad y los jueces juegan un rol extremadamente relevante, ya que no permiten cerrar el ciclo de la delincuencia y dejar presos a quienes deberían estarlo. Parece cuento de nunca acabar.

Hoy, el Perú no confía en la Justicia y se siente indefenso ante la delincuencia y la inmigración, mientras que los chalacos esperan solo vivir en paz y caminar tranquilos por la calle. El Callao espera por el Cambio de Ciclo.

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