EL CRIMEN PARALIZA LAS CALLES

Cuando una línea de transporte deja de operar porque las mafias le exigen 50 mil soles para no matar a sus conductores, es que ya perdimos la batalla. Eso es lo que pasa en el Callao: las mafias que extorsionan manda, y el Estado brilla por su ausencia.

La Línea 11 dejó de circular por varios días, por amenazas constantes del crimen organizado. Las bandas delictivas han convertido el transporte público en su nuevo negocio, cobrando cupos a punta de balas. Y mientras tanto, ¿quién protege a los trabajadores? ¿Quién se encarga de garantizar el derecho básico de movilizarse sin temor?

Los ciudadanos, especialmente en el Callao, ya no solo enfrentan el caos del tráfico o el deterioro del transporte, sino la amenaza constante de la muerte. Los empresarios del rubro cierran sus operaciones, y los pasajeros quedan abandonados a su suerte.

Mientras las autoridades siguen inmóviles, el crimen organizado y su patrón de violencia siguen avanzando. Ya no se trata solo de combatir el delito. Se trata de recuperar la libertad de moverse en paz. Por eso, no podemos seguir normalizando el miedo, la extorsión ni la impunidad.

Necesitamos un presidente que ponga mano dura de una vez por todas. El 2026 no podemos volver a equivocarnos. Tu decisión debe ir por ese cambio donde el Estado esté del lado de los ciudadanos y no se rinda ante las mafias. Un país donde la seguridad y la justicia no sean privilegios para unos pocos, sino derechos garantizados para todos. Es momento de un Cambio de Ciclo.

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